Fundada por los ferroviarios en 1919. Fue foco de cultura y el lugar donde se adquirían los conocimientos para lograr la movilidad social.
Promovió la enseñanza secundaria, sufrió la pérdida de libros y el encarcelamiento de su tesorero y bibliotecaria durante el Proceso.
Fue el centro de reunión y debate de la ciudadanía en las explosiones del 3 y 25 de noviembre de 1995.
Hoy promueve la formación de lectores, cuenta con un rincón infantil y desde 1998 otorga a los niños el Diploma de Lector.
Desde 1996 es editora de libros que rescatan la historia y la cultura de los riotercerenses con el Fondo de Estímulo Editorial (cuenta con 8 títulos originales y 6 reediciones). Desde 1996 otorga el Premio Bienal a los artistas locales.